Un Lorenzo Milani... ¡espectador!

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TEXTO COMPLEMENTARIO para el nº 73

MILANI ANTE LA INJUSTICIA SOCIAL

Miquel Martí (B)

Lorenzo Milani nació en 1923 en el seno de una familia burguesa, culta, liberal y atea. En aquellos tiempos del fascismo, este tipo de familias no simpatizaban con el régimen impuesto, pero tampoco se oponían a él frontalmente. Intentaban adaptarse a la situación, conservando su status social. En el caso de la familia Milani, incluso transigieron en bautizar a Lorenzo para no llamar la atención [como hebrea, la madre], en un momento en que se normalizaron las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado Italiano (Tratados de Letrán, 1929).

Lorenzo recibió una educación humanista, propia de una familia como la descrita, una educación basada en los valores de la libertad, la veracidad, la democracia, el espíritu crítico y la confianza en la razón. Con los estudios de bellas artes y con el fragor de la guerra, se despertaron también en él los valores religiosos.

¿En qué momento tomó conciencia de la injusticia social existente en su entorno? ¿Cuál fue el detonante que le hizo optar por los últimos?

Tenemos constancia de su actitud y posición claramente anti-fascista. Esta actitud le lleva a colaborar con la resistencia (los partigiani, como su propio hermano mayor) y a descubrir en los pobres a las principales víctimas del fascismo. Sin embargo, no se inclinó hacia la militancia política en los partidos de la izquierda (socialistas y comunistas). Más adelante, criticará por igual a democristianos y comunistas por su poca implicación en resolver los verdaderos problemas de los pobres.

Ya en San Donato (Calenzano) entrará finalmente en contacto directo con los pobres, especialmente con jóvenes obreros de las fábricas textiles de Prato, con los que inició su escuela popular. En una carta de esta época, escribe: “La injusticia social no es mala (para mí, sacerdote) porque perjudica a los pobres, sino porque es pecado, es decir: ofende a Dios y retrasa su Reino. Es la riqueza y no la pobreza la que ofende a Dios”1.

Entre sus jóvenes alumnos, cabe destacar a Mauro, que con 12 años alimentaba a su familia trabajando sin contrato, sin seguro, sin derechos laborales, en la fábrica del Sr. Baffi. Su despido encendió la cólera de Don Lorenzo, el cual, cuando visitó a este señor, dijo arrepentirse de no haberle lanzado el tintero encima. Creo que fue en este momento, ante tal injusticia manifiesta, que Lorenzo adquirió ya definitivamente su talante proféitico al servicio de los últimos.

1 Lettere di Don Lorenzo Milani, priore di Barbiana (a cura di Michele Gesualdi, Arnoldo Mondadori Editore, Milano 1970) pág. 26.

Posted by admin.milani on Mié, 2016-04-06 13:06