¡A wert qué pasa en la escuela! que el ministro se ha enamorado y se ha ido a París dejando todo manga por hombro.
(...) ¡Váyanse al diccionario, políticos de pega! o, mejor, pregunten en las cocinas de muchas familias a las madres desesperadas que ya no saben qué hacer con sus hijos: “los libros no les entran en la cabeza”. Y, a ver si se enteran, políticos, de que “la escuela no tiene más que un problema: los chicos que pierde” (Carta a una maestra). Son los que más nos interesan aquí, porque la universidad y el bachillerato y la excelencia son otra cosa, hombre.
¿Y habrá entendido todo esto la escuela católica? Se cumplen 50 años desde que el concilio le pasó un recado. ¿Se lo han leído?
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