Educar para la guerra, en vez de a la paz, ha sido la sorpresa urgente del último trimestre del curso. Nos dijeron que era inevitable y necesaria, hasta humanitaria, esta guerra nada salvaje, ni exótica, ni tercermundista (como la argelina, o la de hutus y tutsis en Ruanda, o la intifida palestina...
(Sigue en el artículo editorial)
|