Para un ignorante en teología como yo, la dimisión del Papa Benedicto XVI es un gesto ejemplar y, aún más, de sentido común. Ojalá su testimonio cale socialmente y lo imiten muchas personas que ejercen cargos o responsabilidades más o menos importantes. "Hasta que el cuerpo aguante" sostienen muchos. Bueno, depende, según y como. ¿En estado cuasi vegetativo?, ¿con las facultades físicas y mentales muy diezmadas?... ¿No es el Papa un hombre, un ser humano, como los demás, que puede gozar o padecer de buena o mala salud?