Invictus
Como es sabido Invictus es el poema que inspiró a Nelson Mandela (1918-2013) en prisión para mantenerse firme y fuerte durante el largo tiempo que estuvo encarcelado, nada menos que 27 años. Su autor fue William Ernest Henley, poeta británico de la segunda mitad del siglo XIX, que lo escribió en 1875, pero no se publicó hasta 1888, y constituye un ejemplo emblemático en lo que se refiere a la superación de la adversidad y a la fortaleza de espíritu, resiliencia, como se dice ahora. Tanto es así que el escritor y amigo suyo Robert Louis Stevenson basó en él su inolvidable personaje del retorcido capitán pirata Long John Silver de La isla del tesoro.
Muchos años más tarde, siglo y pico después, en 2009, Clint Eastwood dirigió una de sus más exitosas y emotivas películas, Invictus, como el título del poema, con Morgan Freeman y Matt Damon en los principales papeles, basada, a su vez, en el libro del periodista deportivo John Carlin, El factor humano. Nelson Mandela y el partido que salvó a una nación (2008), que narra la fascinante historia de cómo Nelson Mandela consiguió el milagro de la reconciliación entre blancos y negros en Sudáfrica a través de un acontecimiento deportivo, el mundial de rugby de 1995, donde la fe, el coraje y el valor protagonizaron el partido de la final de aquel mundial que culminó con la victoria sudafricana en el último minuto, y consiguió lo insospechado, lo poco menos que imposible, el épico abrazo entre negros y blancos. Es un auténtico placer leerlo y recitarlo, que reconforta en momentos difíciles:
INVICTUS
Más allá de la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada
jamás se ha postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
Y sin embargo la amenaza de los años me halla
y me hallará sin temor.
Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino,
ni cuántos castigos lleve a mi espalda:
soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.
W. E. Henley (1849-1903)
Los últimos versos recuerdan indefectiblemente a otros del famoso poema If (Si) de R. Kipling (1865-1936), contemporáneo de Henley:
«Si logras que los nervios y el corazón te asistan,
aún después de su fuga, en tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo, cuando no quede nada,
porque tú lo deseas, lo quieres y mandas».
Así como a la tan nuestra “Canción del pirata” de Espronceda, sobre todo en el estribillo que alude a la libertad y a la sobernía de ser dueño del propio destino:
«Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar.»
- blog de Alfonso Díez
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Comentarios
2 comments postedGracias, Alfonso.
Sabía la historia a retazos, así que me alegra que nos la hayas recompuesto.
Un abrazo
Ok! Me alegro. Seguiremos contando cosas. Y muchos ánimos para afrontar juntos los inciertos días que nos quedan. Un abrazo.