El Gobierno de España (del otro color) ha recurrido la medida ante los tribunales. Tratar a fondo el tema merece más tiempo y espacio. Pero resulta evidente que; al margen de ver quién tiene la razón y de aclarar cuáles son los límites tanto de la familia, en su intervención sobre la instrucción en la escuela, como del Estado, en su intervención sobre la educación de nuestros hijos; el circo que montan es lamentable
De modo que venimos de varias elecciones y lo único que hemos visto es el enfrentamiento de todos con todos, primero, y el enfrentamiento entre los dos bloques, después. No han debatido sobre el drama que supone el Fracaso Escolar. Tampoco han hablado del permanente ridículo que hacemos mostrando nuestras vergüenzas cada vez que se publica un informe internacional sobre educación. Ni siquiera se han atrevido a “meterle mano” al lamentable adoctrinamiento perpetrado en determinados territorios.
La educación en España precisa una solución urgente (en Andalucía estamos en la UCI). Sin educación no hay futuro, ni presente. Estamos hartos de que nuestros políticos, de uno y otro color, hagan la guerra por su cuenta y se peguen guantazos en la cara de los niños y de sus familias por puro interés electoral. Señores parlamentarios, sean generosos y honestos. España no necesita pines ni pones. España necesita un verdadero Pacto Nacional por la Educación que salve a las próximas generaciones del precipicio al que les estamos arrojando con tanto enfrentamiento. Que las “dos Españas” no nos vuelvan a helar el corazón, como decía Machado. Háganlo por sus hijos y sus nietos. ¡Pacto Nacional por la Educación, ya!
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