El día 7 de diciembre de 1954 llegó Lorenzo Milani a su nuevo destino en la aldea de Barbiana.
Sus alumnos de la escuela vespertina de Calenzano le acompañaron indignados y tristes hasta allí arriba. Llovía y la carretera no llegaba hasta la casa parroquial, así que dejaron las cosas en el carromato hasta el día siguiente. Enseguida abrió para todos una nueva escuela a pleno tiempo. Allí permaneció trece años seguidos hasta su muerte a los 44 y allí está enterrado, ya que al día siguiente de su llegada bajó al Ayuntamiento a comprarse un trozo de tierra en aquel cementerio casi de juguete.
Hoy se cumplen 60 años justos de su llegada a Barbiana, que hubiera permanecido ignorada en la falda del Monte Giovi.
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios