Los dibuja la historia, se nutren del terreno que pisan…, como sus padres, abuelos y maestros en sus épocas. Siempre fue así.
Aun sin estudiarla, la historia – familiar y cercana, o mundial y enigmática – siempre es maestra de la vida. Más aún: la nodriza que amamanta y de cuyos brazos saltamos al futuro que se nos viene encima. El perfil de cada persona proviene del inconsciente colectivo: emerge de uno en uno al chocar con la que está cayendo. El diseño es más anónimo que planificado por ningún ideario educativo y resulta imposible descodificar a los jóvenes por lo que hacen, que es sólo síntoma, no raíz.
Mejor analizar lo que viven en casa y en su entorno – y este Educar(NOS) aporta algunos testimonios duros – pero, además, hay que analizar lo que pasa en el mundo, ¡más difícil todavía!, porque basta hojear varios periódicos o saltar de un canal a otro, para ver que hablan de la feria – electoral, por ejemplo – según les va en ella. Y también en eso la escuela engaña: nos contó la Historia sin discutirla, como si fuera única para todos. Pero aquella o ésta ¿fue una victoria justa o una calamidad y un genocidio? Y aquél presidente ¿un garante de la libertad o un funda-guerras, como dicen los italianos?
La 2 de TVE emitió recientemente unos documentales de Oliver Stone, nada menos – La historia no contada de los USA* –, que ponen patas arriba, presidente tras presidente, toda la guerra fría contra la URSS y cuanto ha sucedido en el Imperio yanqui desde Hiroshima y Nagasaki hasta el propio Obama actual. Ni Osama bin Laden, ni Sadam Husein, ni Gadafi – ¡tan recientes! – personificaban el Mal, como decía Bush; ni los Estados Unidos garantizan la seguridad mundial y, menos, tras perder la oportunidad de un desarme atómico con Gorbachov.
A los españoles maduros nos escamotearon la historia del siglo XX – no sólo la guerra fratricida nacional, contada como cruzada y victoria contra los enemigos de Dios y de la Patria – sino, lo que es peor, la terrible historia europea y mundial… y la de ahora mismo. ¿Será tan fácil engañar a los hijos del Internet? De momento, parecen sacar su propia conclusión: políticos y medios de comunicación adoran el dinero. ¿Los ideales? ¡Son propaganda comercial!
Si Educar(NOS) se mete en estos jardines no es por sentar cátedra, sino para animar a los lectores a pensar y discutir y poder conocer mejor a los jóvenes. Sin politólogos, sociólogos y economistas no hay ni Antropología ni Pedagogía que valgan.
* http://www.rtve.es/television/serie-estados-unidos-oliver-stone/
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