Una de padres tocapelotas

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PADRES INCORDIADORES

Collejas no se pueden dar desde una ley que sacó el gobierno Zapatero en el 2007, según la cual ni siquiera los padres pueden ya pegar a sus hijos. Anteriormente, el código Civil daba atribuciones a los progenitores para que les "corrigieran razonablemente", pero ahora, por ley, ya las correcciones razonables han de ser sin recurrir al contacto físico. Hace tiempo que no veo a ningún padre pegar a un crío por la calle. Esa ley va a ser la perdición del país. Una de las perdiciones que ya padecemos, vaya.

Y claro, como no se puede pegar a los hijos (imagino que alguno les seguirá pegando en casa, pero procurando que los vecinos no lo oigan), hay que recurrir a otros métodos educativos. Eso está bien en el sentido de que estimula la investigación y la creatividad correctiva, pero está mal en el sentido de que muchas veces no se investiga ni se crea, sino que se opta por pasar ya del asunto, vistga la dificultad y la falta de tiempo; y además ocurre que, me temo, en ocasiones la única vía idónea de corrección era la colleja, y, como no se da la colleja, el retoño se queda sin educar. Con lo cual, algunos padres toman la estrategia de situarse de parte del chaval, "si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él". Sólo tras una larga sesión de terapia con el docente llegan a veces a derrumbarse y prorrumpir en sollozos -tras una inicial prepotencia defensora y justificadora-, declarando que el asunto les supera hace tiempo.

Y así vamos. Y el drama es que, en este contexto, hace falta ser un docente muy valiente para sugerir a un padre, a una madre, "péguele usted algo, que tampoco le va a pasar nada".

 

 

Posted by ADOLFO on Dom, 2014-01-19 01:15