Los libros de texto son los que han salvado a los profesores, acosados por las últimas reformas educativas. ¡Benditos sean!
Y los libros de texto han servido de muro contra el que estrellarse todas las reformas. ¡Malditos sean!
A ver, si no, ¿dónde iban a formarse los profesores cada vez que los políticos se decidieran a cambiar la educación de este país? ¡Y lo deciden con demasiada frecuencia en estos 35 últimos años! Sin embargo, nunca cambian a fondo la formación del profesorado; así que las reformas se les vienen encima a los enseñantes. ¿Y qué van a hacer? ¡Refugiarse en los libros de texto y en las guías para el profesor! Las editoriales escolares han dado más cursillos que el Ministerio para implantar la EGB, la LOGSE y las demás leyes de estos años. Y, encima, facilitan programas informáticos para rellenar todos los formularios, para confeccionar todas las programaciones y hasta los idearios de los centros. ¡Benditos sean, pues, los editores! ¡Con razón se han hecho tan ricos!
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